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jueves, 5 de mayo de 2011

La diversidad cultural impulsa la gente a cooperar y ayudarse mutuamente.

Un grupo de científicos canadienses han determinado que, contrariamente a la creencia popular, las personas son más que dispuestos a ayudarse mutuamente incluso si no se conocen, o proceden de diferentes países. Las conclusiones pertenecen a un nuevo estudio realizado trabajadores inmigrantes y de Canadá. El estudio, elaborado por expertos de la Universidad de Toronto, dice que los grupos de personas, al parecer, no miran a otros grupos con desconfianza – y como una fuente de conflicto – como se creía, sino como potenciales cooperadores y socios. Los científicos también descubrieron que los trabajadores canadienses tenían la tendencia de hablar más acerca de las cuestiones culturales o relacionadas con el trabajo que los inmigrantes, en lugar de hacerlo con otros trabajadores canadienses, incluso si son parte del mismo grupo nacional y cultura.

"La suposición estándar ha sido que las diferencias que dependen del grupo sirven como base para la desconfianza, desacuerdo o controversia", explica el líder de la investigación, el científico Dr. Geoffrey Leonardelli. "Sin embargo, encontramos que las diferencias basadas en el grupo pueden realmente fomentar la cooperación a través de estas líneas de grupo que ayudan a identificar a los grupos necesitados y a los grupos que pueden ofrecer ayuda", añade él.

El científico trabaja como profesor de psicología y administración en la Universidad de Toronto. El coautor del estudio fue el Dr. Soo Min Toh, de la UT Rotman School of Management, informa PsychCentral.Detalles del reciente estudio fueron publicados en el último número de la revista Psychological Science. Uno de los puntos principales del documento es que los canadienses locales eran mucho más dispuestos a abrirse a los extranjeros si sentían que necesitaban su ayuda. Cuando los inmigrantes les preguntaron acerca de los valores culturales del país, los trabajadores se sentían como si era su deber "iluminar" a los recién llegados y por lo tanto, cooperaron con ellos para lograr este objetivo.

La investigación también tiene una implicación interesante para los que quieren trasladarse a otro país. De acuerdo con el estudio, puede ser mejor para ellos a conservar sus propios valores y la cultura, en lugar de tratar de adaptarse.

"Reconocer las diferencias basadas en el grupo no será percibido como útil a menos que las personas se sienten seguras con su lugar de trabajo o la comunidad", explica Toh. "Pensamos que viendo las autoridades tratar con justicia a sus empleados creó esa sensación de seguridad. Las diferencias basadas en el grupo crean a menudo una mentalidad de ‘nosotros contra ellos’", dice él a continuación. "Sin embargo, hemos descubierto que, cuando los empleados se sentían tratados equitativamente por sus empleadores, las diferencias basadas en el grupo fueron más propensas a manifestarse como una mentalidad de ‘nosotros y ellos’", concluye Toh.

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